Neutralidad tecnológica: el motor de la industria europea del automóvil

09.10.2025

Neutralidad tecnológica: el motor de la industria europea del automóvil

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Mecánico hombre usando portátil examinando tuning arreglando reparando coche

Europa se enfrenta a un otoño de la verdad. Ya sea en materia de competitividad, defensa o control de la migración, las decisiones que se tomen en las próximas semanas en el Parlamento Europeo deben servir de palanca para garantizar el camino hacia la autonomía estratégica de nuestro continente. Debemos estar a la altura de esta responsabilidad y acelerar nuestro trabajo, a medida que se acumulan las señales de alarma del declive y que se hacen más fuertes las peticiones de ayuda de las empresas.

Tomemos, por ejemplo, la situación de la industria del automóvil, que quizá sea el caso más emblemático. Un paseo por los pabellones del Salón del Automóvil de Múnich en septiembre, donde los stands chinos exhibían sus tecnologías de vanguardia, bastaba para convencer a cualquiera del asombroso retraso de la UE, causado principalmente por decisiones ideológicas miopes.

En el PPE siempre nos hemos opuesto al 100% de eléctricos. Este objetivo, además de ser completamente irrealista, ha entregado el mercado europeo a los fabricantes chinos. Nosotros, campeones del motor de combustión interna, hemos impuesto como estándar una tecnología en la que Pekín lleva diez años de ventaja, además de grandes ventajas como las tierras raras. Una auténtica locura que nos ha costado muy cara, no sólo en términos de innovación, sino también de puestos de trabajo. En Europa, 90.000 personas han perdido su empleo en este sector. Miles de familias se enfrentan a situaciones catastróficas, con consecuencias desastrosas para las economías locales.

Afortunadamente, las malas decisiones de ayer aún pueden corregirse, y estamos luchando para convencer a otros grupos políticos -en particular a Renovación y a los socialistas- de que ajusten el rumbo.

En primer lugar, como he dicho y escrito desde el día de su aprobación, es urgente poner fin a la prohibición del motor de combustión interna para 2035. Ciertamente, debemos mantener objetivos climáticos ambiciosos, pero estos objetivos deben seguir siendo alcanzables. El único camino viable es la neutralidad tecnológica. La descarbonización debe seguir un método de cálculo que tenga en cuenta el ciclo de vida completo del vehículo, no sólo las emisiones en el tubo de escape. Se trata de un enfoque pragmático que deja espacio para los combustibles sintéticos y los biocombustibles, además de la gasolina, y no excluye automáticamente ninguna tecnología. Los europeos deben decidir por sí mismos qué coche compran. Esa decisión no debe ser impuesta por la política. Repito: creer que el eléctrico es completamente neutro para el medio ambiente es una ilusión.

La semana pasada, Ursula von der Leyen abrió la puerta al declarar que está dispuesta a activar la "cláusula de revisión" y presentar, antes de finales de 2025, una propuesta sobre medidas flexibles. No puedo sino acoger con satisfacción este primer paso, que debe aplicarse de forma rápida y concreta. El Presidente también abogó por producir más en Europa, sobre todo pequeños vehículos eléctricos. Evidentemente, es una buena idea, ya que urge que la UE pueda competir en este segmento y posicionarse frente a los modelos chinos que inundan nuestro mercado. Pero para ello, primero habrá que revisar todas las normativas que son desproporcionadas, innecesarias o incluso contraproducentes, ya que lastran el precio de nuestros propios vehículos. Ya se trate de representantes de los fabricantes de automóviles o de vehículos pesados o de los sindicatos del sector, todos los que nos hemos reunido con mi Grupo son unánimes: ¡innovemos!

El sector del automóvil, que representa el 7% del PIB europeo, no es un mero nicho de mercado. Es un buque insignia para el continente y debe concentrar todos nuestros esfuerzos para recuperar sus colores. Tenemos un otoño para lograrlo.

Notas a los editores

El Grupo PPE es el grupo político más numeroso del Parlamento Europeo con 188 Miembros de todos los países

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