Hagamos que el mundo digital sea seguro para las mujeres y las niñas

01.12.2025

Hagamos que el mundo digital sea seguro para las mujeres y las niñas

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Ciberacoso

¿Qué harías si tu cara apareciera en un vídeo que nunca has grabado? ¿O si un desconocido en Internet, sin venir a cuento, supiera la dirección de tu casa, tu lugar de trabajo, incluso la hora a la que tu hijo termina las clases?

Para millones de mujeres y niñas, estos no son sólo escalofriantes "y si...": son reales. Lo que empezó como un espacio de conexión y oportunidades se ha convertido, para demasiadas personas, en un lugar de exposición no deseada y de miedo. Internet es un reflejo de nuestras sociedades y, a veces, magnifica sus lados más oscuros.

Ahora que Europa celebra el 25 de noviembre el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, no olvidemos que esta lucha ya no se limita a los hogares, las calles o los lugares de trabajo. Ahora se adentra en el mundo digital, un mundo que determina nuestra forma de vivir, trabajar y hablar, pero que con demasiada frecuencia deja a las mujeres desprotegidas.

El abuso en línea ya no es tan raro. Diversos estudios muestran que alrededor de la mitad de las mujeres han sufrido alguna forma de violencia digital, desde el acecho y el hostigamiento hasta el intercambio de imágenes íntimas sin consentimiento. Cada estadística esconde una historia. Una adolescente expulsada de la escuela. Una periodista que deja de escribir. Una madre que borra sus redes sociales para volver a sentirse segura. La violencia a través de una pantalla sigue doliendo, sigue aislando, sigue dejando cicatrices.

Es difícil seguir soportándolo. Queremos acción, no compasión. Queremos que nuestras hijas estén tan seguras en Internet como deberían estarlo en la calle. En toda Europa, supervivientes y víctimas están presionando para que cambien las cosas. En Francia, el movimiento #StopFisha, iniciado por adolescentes que se negaban a seguir siendo humilladas, demostró lo devastador que puede ser el abuso basado en la imagen. Su valentía impulsó a Europa a examinar más de cerca la magnitud del problema.

Pero la valentía por sí sola no puede arreglar un sistema que no protege a las mujeres. Durante años, las leyes se detenían en las fronteras nacionales, mientras que los abusos las cruzaban con un solo clic. Los delincuentes se escondían convenientemente tras el anonimato. Las empresas tecnológicas se escudaban en excusas. El Convenio de Estambul sentó las bases para combatir la violencia contra las mujeres, pero el auge de las plataformas digitales trajo consigo nuevas formas de daño que las leyes existentes sencillamente no podían abarcar.

Por eso, en el Grupo PPE lideramos la elaboración de la primera Directiva de la UE para combatir la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica, adoptada en 2024. Hemos reconocido que la violencia digital no es una cuestión secundaria: es uno de los retos actuales más acuciantes en materia de derechos humanos.

Esta Directiva Europea es nuestra respuesta a una vieja injusticia en una nueva forma. Hace punibles en todos los Estados miembros el intercambio no consentido de imágenes íntimas o manipuladas, el ciberacoso, el acoso en línea y la incitación al odio. Garantiza que las víctimas puedan acceder a la protección, la justicia y el apoyo dondequiera que vivan. Y envía un mensaje claro: lo que es ilegal fuera de Internet debe serlo también en Internet.

No se han ganado todas las batallas. A la Directiva le faltaba la inclusión del delito de violación, algo por lo que el Parlamento Europeo, y el Grupo PPE en particular, lucharon denodadamente. Pero es un gran paso hacia una Europa en la que la seguridad de ninguna mujer termine donde empieza su Wi-Fi.

Piense que Europa está construyendo un refugio digital, un espacio donde por fin se aplican los derechos, las normas y el respeto.

Ahora viene lo más difícil: convertir nuestra visión en realidad. Los Estados miembros deben actuar con rapidez para aplicar la Directiva, formando a policías y fiscales, financiando el apoyo a las víctimas y garantizando la rápida eliminación de los contenidos abusivos. Las empresas tecnológicas también tienen el deber de utilizar sus algoritmos para detener el odio, no para difundirlo. Y todos tenemos el imperativo moral de dejar de compartir la humillación, de denunciar los abusos y de enseñar a nuestros hijos que el consentimiento y el respeto no desaparecen cuando se enciende la pantalla.

Prevención, protección y persecución. Son tres palabras que definen el planteamiento de Europa. Juntas forman una promesa: que las mujeres y las niñas puedan vivir, trabajar y hablar en línea sin miedo.

Así que, al conmemorar este 25 de noviembre, hagamos que sea algo más que una fecha en el calendario. Que sea un punto de inflexión, un día en el que Europa se una y diga: te protegeremos, estaremos a tu lado y, paso a paso, ley a ley, haremos que el mundo digital sea seguro para todos.

Notas a los editores

El Grupo PPE es el grupo político más numeroso del Parlamento Europeo con 188 Miembros de todos los países

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