Las crisis migratorias no son inevitables

22.09.2023

Las crisis migratorias no son inevitables

barco con inmigrantes a bordo

Cuando en enero de este año advertimos de que Europa caminaba sonámbula hacia una nueva crisis migratoria, socialdemócratas y liberales nos acusaron de alimentar las llamas del populismo. Desestimaron nuestras advertencias y las preocupaciones de los ciudadanos. En lugar de buscar soluciones para detener el flujo irregular de migrantes hacia Europa, lo ignoraron.

Mientras alcaldes y concejales de todos los partidos hacen sonar la alarma de que han llegado al límite de lo que pueden hacer para ayudar a la gente, la izquierda frena la reforma de las leyes de asilo y migración en Europa y torpedea los intentos de trabajar con países del norte de África, como Túnez, para reducir el número de llegadas irregulares en barco. La responsabilidad política de este fracaso en la protección de las fronteras europeas recae directamente en los socialdemócratas y los liberales.

Ahora Europa se enfrenta de nuevo a una crisis migratoria y la tragedia política es que la veíamos venir. En una semana, más de 10.000 migrantes llegaron a las costas de Lampedusa, una pequeña isla de unos 6.000 habitantes situada a 145 kilómetros de la costa de Túnez. En cuestión de horas, esta diminuta isla duplicó su población, con todas las consecuencias que ello conlleva para los migrantes, las autoridades y los residentes. Es una situación que ninguna ciudad o municipio consideraría aceptable en ningún lugar de Europa.

Sin un enfoque europeo pasaremos de una crisis migratoria a otra. Ahora es el momento de actuar.

Para decirlo sin rodeos, estamos en esta situación porque el presidente Macron y el canciller Scholz se negaron a asumir la responsabilidad de este problema europeo. Lampedusa no es solo una isla italiana, es una isla europea y las personas que llegan allí no quieren quedarse. Quieren ir a Francia y a Alemania, a Suecia y a los Países Bajos. ¿Cómo es posible que los dirigentes de Francia y Alemania ignoren un hecho tan simple: la gente no cruza a Italia, cruza a Europa? En lugar de mirar hacia otro lado y dejar a Italia sola con esto, Europa debe aportar soluciones conjuntamente.

El Gobierno francés se apresura a enviar refuerzos a la frontera italiana para mantener a los inmigrantes económicos en Italia, pero se ha negado hasta ahora, al igual que el Gobierno alemán, a apoyar el acuerdo con Túnez, que podría reducir el número de llegadas irregulares. No somos ingenuos sobre con quién estamos tratando en Túnez, pero no podemos evitar que la gente arriesgue su vida cruzando el Mediterráneo, sin construir buenas relaciones con los países del norte de África. Esperamos de la próxima reunión de ministros de Interior que envíen un mensaje inequívoco de apoyo al Memorándum con Túnez.

Para colmo, la única propuesta que tienen los socialdemócratas y los liberales para recuperar el control de la inmigración irregular son las misiones de búsqueda y rescate. No estamos en contra de la búsqueda y el rescate, pero no puede significar únicamente que las personas rescatadas sean llevadas automáticamente a un puerto europeo. Necesitamos una nueva misión naval europea en el Mediterráneo, pero tiene que ser capaz de devolver a los migrantes a la costa norteafricana. Es la única manera de romper el modelo de negocio de las bandas criminales que se enriquecen con el tráfico de personas hacia Europa.

La realidad es también que la inmensa mayoría de las personas que realizan la travesía son migrantes económicos, no refugiados, que tienen pocas o ninguna posibilidad de obtener protección internacional en Europa. Pero los traficantes de personas también saben que la política europea de devoluciones no funciona. Una vez que se cruza, los procedimientos y la logística son tan complicados y costosos que es casi imposible devolver a alguien. A pesar de ello, la izquierda europea quiere que la legislación sea aún más restrictiva de lo que ya es. En lugar de intentar repartir a los inmigrantes económicos por toda la UE, habría que devolverlos de forma rápida y coherente.

Europa ha acogido en los últimos años a más refugiados ucranianos que nunca en nuestra historia. Estamos orgullosos de ello. Defendemos el derecho fundamental de asilo, que es un principio definitorio de nuestra relación con el resto del mundo. Al mismo tiempo, la escala y la complejidad de la migración han cambiado radicalmente. Cuanto más esperemos con un planteamiento migratorio más realista y menos idealista, más se minará la confianza de los ciudadanos en el gobierno, ya sea local, nacional o europeo.

No es una fatalidad. Sabemos lo que hay que hacer. Lo que necesitamos es que Europa se una en torno a una reforma de la migración y el asilo que esté a nuestro alcance. Estamos más cerca que nunca de llegar a un acuerdo. Dentro de unos años, la gente recordará este momento como la mayor oportunidad perdida en una década o como el primer paso para volver a poner orden en los flujos migratorios que llegan a Europa.

Para lograr un gran avance, socialdemócratas y liberales tienen que aceptar que ahí fuera hay un mundo nuevo, que sin un enfoque europeo pasaremos de una crisis migratoria a otra, alimentando lentamente a la extrema derecha y minando el apoyo de la gente a la Unión Europea. Ahora es el momento de actuar.

Notas a los editores

El Grupo PPE es el grupo político más numeroso del Parlamento Europeo con 177 Miembros de todos los países

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