La política migratoria de la UE no es suficiente

30.01.2023

La política migratoria de la UE no es suficiente

barco con inmigrantes a bordo

La cumbre especial sobre migración debe desbloquear reformas cruciales ante la gran afluencia de inmigrantes

Europa camina sonámbula hacia la próxima crisis migratoria. Solo el año pasado llegaron a Europa al menos 330.000 inmigrantes ilegales, más de un 60% más que en 2021 y más que en cualquier otro momento desde 2015 y 2016. Estas cifras son inaceptables y demuestran que las actuales políticas migratorias europeas han fracasado. Una encuesta reciente del Eurobarómetro midió que el 70% de los europeos están preocupados por el impacto de la migración en sus vidas. La cumbre especial sobre migración es una oportunidad crucial para reactivar una agenda migratoria rota.

Nos preocupan dos pilares centrales: En primer lugar, necesitamos una fuerte protección de nuestras fronteras exteriores. Necesitamos una guardia de fronteras y costas (Frontex) plenamente operativa y reforzada. El Estado, no la mafia, decide quién viene a Europa y quién no. Si queremos mantener la libre circulación dentro de la UE, los ciudadanos deben saber que las fronteras exteriores están protegidas.

En nuestra opinión, esto también significa construir vallas allí donde sea necesario. Cuando el dictador Lukashenko empezó a utilizar a los inmigrantes para atacar Europa como parte de la guerra híbrida rusa, la Comisión Europea se negó a financiarlo con fondos de la UE. Es simplemente una realidad de la protección de fronteras que si queremos controlar quién entra en la UE, necesitamos infraestructuras. Rechazar fondos europeos para ello es un error.

Al mismo tiempo, debemos conseguir por fin devolver a las personas que no tienen derecho a quedarse. Más de la mitad de las personas que llegan nunca recibirán un estatuto formal de asilo en Europa, y eso es especialmente cierto para quienes viajan por rutas meridionales. Su única opción es la ilegalidad. Esto es inhumano e inaceptable. La Comisión Europea no ha hecho ningún progreso en este sentido en los últimos años. No es suficiente.

Como tampoco lo es la situación de las operaciones de búsqueda y salvamento. No es sostenible que dejemos en manos de las ONG el patrullaje de la frontera marítima meridional. La participación de la sociedad civil es bienvenida, pero necesitamos un reglamento claro, definido por la UE. Por eso pedimos un código de conducta para las ONG que lleven a cabo misiones de búsqueda y rescate.

El segundo pilar, además de la firmeza en la frontera, es la solidaridad europea y la ayuda a quienes necesitan protección. Con los refugiados de Ucrania, Europa ha demostrado que es capaz y está dispuesta a mostrar una solidaridad masiva. Millones de europeos ofrecieron generosamente ayuda a los ucranianos con alimentos y refugio, dinero y generadores. Si la gente sabe que la frontera exterior está vigilada, está dispuesta a ayudar a quienes lo necesitan.

La crisis migratoria es un reto europeo común que debemos asumir juntos. Las capacidades de acogida en el noroeste de Europa están desbordadas y, con la llegada de la primavera, las llegadas al sur alcanzarán niveles aún mayores. Con la amenaza de Rusia y Turquía de convertir a los migrantes en armas para perturbar a la UE, está claro que ya nadie puede mirar hacia otro lado.

Necesitamos una estrategia de resolución de problemas a largo plazo en lugar de una espiral permanente de indignación. En lugar de la escalada, como hizo Francia cuando acogió un solo barco de refugiados con 234 personas a bordo, debemos centrarnos en la solidaridad y no perder de vista el panorama general. En comparación, Italia vio llegar a más de 100.000 migrantes a través del Mediterráneo sólo el año pasado.

Alemania y Francia prometieron a Italia que acogerían a más de 7.000 migrantes en el marco del mecanismo de solidaridad voluntaria. ¿Lo han cumplido? En absoluto. Sólo 202 personas de Italia fueron reubicadas en Alemania y Francia en virtud de este mecanismo. Necesitamos algo más que solidaridad sobre el papel por parte de París y Berlín.

Por último, tenemos que reconsiderar cómo puede Europa evitar que la gente haga la peligrosa travesía en primer lugar. La política de desarrollo económico y el comercio internacional desempeñan un papel importante. Pero lo cierto es que la gente quiere venir a Europa. Por eso creemos que hay que recuperar la vieja idea de los centros de registro y acogida fuera del territorio europeo. El mayor número posible de personas debe saber cuáles son sus perspectivas antes de arriesgar la vida.

Defendemos el derecho fundamental de asilo, que es un principio definitorio de nuestra relación con el resto del mundo. Somos un continente de libertad y solidaridad. Al mismo tiempo, la escala y la complejidad de la migración han cambiado radicalmente. Europa aún tiene que adaptarse a esta nueva realidad. Eso es lo que hay que hacer en la cumbre extraordinaria de los días 9 y 10 de febrero.

Notas a los editores

El Grupo PPE es el grupo político más numeroso del Parlamento Europeo con 176 Miembros de todos los países

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