Amar el comercio, no la guerra

Para el Grupo del PPE, Estados Unidos es un aliado estratégico vital. Valores compartidos, fuertes lazos económicos y un compromiso con la estabilidad mundial hacen que esta asociación sea indispensable. En una era de desafíos globales cambiantes, una relación transatlántica estrecha y cooperativa es más crucial que nunca.

"Una relación sólida entre la UE y EE.UU. redunda en interés mutuo", afirma el eurodiputado Jörgen Warborn, portavoz de Comercio Internacional del Grupo PPE, antes del debate en el pleno del Parlamento Europeo sobre "Preparación para una nueva era de cooperación multilateral o aranceles".

"La UE y EE.UU. deben colaborar para reforzar los lazos económicos y diplomáticos. EE.UU. es el mayor socio comercial de la UE, mientras que la UE es el cuarto para EE.UU.. Mantener una relación comercial estable y previsible es esencial para las empresas y los ciudadanos de ambos lados del Atlántico. Cualquier perturbación podría tener graves repercusiones económicas", subraya Warborn.

"Cuando la guerra arrecia, los aliados a ambos lados del Atlántico deben seguir centrados en apoyar a una democracia compañera en su defensa contra un régimen autocrático agresivo. Un fracaso sería una derrota estratégica para todos nosotros. Los aliados no deben cargar con aranceles excesivos; las asociaciones estratégicas de seguridad y los objetivos comerciales conjuntos importan más", subraya el eurodiputado Michał Szczerba, portavoz sobre EE.UU. en la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento.

"Ahora es el momento de actuar como arquitectos de soluciones innovadoras en la lucha por la paz; no por la división, sino por la unidad", añade Szczerba.

Szczerba cita al ex presidente estadounidense Ronald Reagan: "Debemos tener cuidado con los demagogos que están dispuestos a declarar una guerra comercial contra nuestros amigos, debilitando nuestra economía, nuestra seguridad nacional y todo el mundo libre".

El Grupo del PPE defiende el comercio libre y justo como base del crecimiento económico. La UE debe seguir abierta a las negociaciones para aliviar las tensiones comerciales, pero también debe aprovechar las nuevas oportunidades de mercado para proteger su futuro económico en un panorama mundial impredecible.

"La UE debe entablar un diálogo constructivo al tiempo que defiende unas prácticas comerciales justas y evita medidas que puedan perjudicar los lazos transatlánticos", concluye Warborn.