Por una Europa mejor

En un momento en el que algunos quieren reconstruir viejos imperios y en el que la fuerza parece imponerse a la diplomacia, muchos se preguntan qué papel debe desempeñar Europa. No se trata de una pregunta sencilla, y hoy más que nunca, requiere de líderes que, no solo tengan una visión realista, sino también planes de actuación concretos.

En primer lugar, en materia de Defensa. En este ámbito, hemos dado pasos de gigante, pero queda un gran camino por recorrer. Por primera vez, y bajo nuestro impulso, tenemos un Comisario de Defensa y la Comisión Europea ha presentado el programa ReArm Europe, dotado con 800.000 millones de euros para reforzar nuestras capacidades y apoyar a Ucrania. Además, hemos trabajado para reforzar la cooperación y coordinación entre los ejércitos nacionales y para reducir la fragmentación del mercado europeo de defensa, que nos debilita. Con el Programa Europeo de la Industria de Defensa (EDIP) avanzamos por fin hacia una verdadera preferencia europea en la adquisición de material militar. Aunque se trata de un importante paso adelante, debemos ir aún más lejos, ofreciendo flexibilidad y previsibilidad presupuestaria a nuestras empresas, impulsando la inversión privada en este sector y creando un mercado único de la defensa. Además, con visión a largo plazo, es hora de apostar por proyectos ambiciosos, como un escudo antimisiles conjunto e interoperable, programas conjuntos de satélites y drones o la creación de una «ciberbrigada» para luchar contra la delincuencia en línea.

La seguridad de Europa también depende del control de nuestras fronteras exteriores y de la gestión migratoria. Desde 2015 y la crisis migratoria sin precedentes, la Comisión Europea ha liderado la búsqueda de soluciones concretas para abordar este reto. La adopción del Pacto sobre Migración y Asilo el año pasado constituye la piedra angular de este liderazgo. La nueva política de retornos garantiza procedimientos más rápidos y armonizados, el reconocimiento mutuo de las decisiones de retorno y obligaciones más claras con consecuencias más firmes.

Otra de nuestras prioridades es la competitividad de nuestra economía. Hemos trabajado en un Pacto por la Industria Limpia que pone, por primera vez, la competitividad industrial en el centro de las políticas europeas. Este plan, tan necesario para las industrias intensivas en energía y el sector de las tecnologías limpias, proporciona mejor acceso al capital y a una energía asequible, garantiza el suministro de materias primas esenciales y acelera los procedimientos de otorgamiento de permisos. También hemos trabajado para respaldar a la industria automovilística. Además, a partir de ahora, las evaluaciones de impacto de la Comisión Europea sobre los nuevos proyectos legislativos deberán incluir controles de competitividad y de impacto en las pymes.

Una apuesta por la competitividad nos exige reducir la burocracia. Cada año, la burocracia le cuesta a Europa 150.000 millones de euros. Esto supone un lastre para la economía, sobre todo para las pymes. El PPE lleva años peleando por la simplificación normativa y, por fin, vemos resultados. La Comisión ha lanzado una iniciativa de simplificación normativa (Omnibus), con la que se prevé ahorrar 6.000 millones de euros en costes directos. Además, se han suspendido una serie de Directivas que estaban generando una carga desproporcionada a las empresas. Mediante esta decisión no abandonamos nuestros valores en materia de sostenibilidad, más bien los ponemos en práctica. El objetivo es simplificar la agenda de sostenibilidad europea, no debilitarla.

El PPE, como partido de los trabajadores, es también el partido de agricultores, ganaderos y pescadores. Apoyar a quienes nos alimentan y garantizan nuestra seguridad alimentaria es de sentido común. Gracias a nuestro liderazgo en la defensa de la Europa rural, la Comisión ha anunciado por fin medidas concretas de apoyo al sector de la agricultura y la alimentación, como una estrategia de renovación generacional, la armonización de las normas de producción europeas y las que se aplican a las importaciones, o la reducción de la carga burocrática para los agricultores. En cuanto a la pesca y la acuicultura, se están introduciendo nuevas medidas para ayudar en la financiación para modernizar las flotas pesqueras, especialmente las artesanales. Estas medidas están en línea con el núcleo del Pacto Europeo por los Océanos, en cuya elaboración hemos desempeñado un papel fundamental.

Hace un año prometimos construir una Europa más segura, con fronteras protegidas, más competitiva, menos burocrática y que esté al lado de nuestros agricultores y pescadores. Los europeos respaldaron ese programa de manera abrumadora, dándonos un mandato claro. Y en solo un año, el Grupo del PPE ha empezado a convertir esa visión en una realidad europea. Queda un largo camino por delante y vamos a seguir trabajando por una Europa mejor que sea más segura, más competitiva y que esté más unida.